miércoles, 26 de febrero de 2020

MI POCA VISIÓN...

Siempre me preocupa mi baja visión... pero mi poca visión es la que debería pre-ocuparme.

Es así como se complica la existencia, por no saber ver a tiempo los posibles problemas que vienen.
Muchas veces vemos personas que no nos impresionan bien, pero por educación las seguimos tratando... a veces por trabajo, estudio, o por necesidad.

Con el tiempo nos acostumbramos y aunque nos hagan trastadas no las vemos o no queremos verlas. No hay peor ciego que quien no quiere ver.

Otras veces personas que sólo andaban por nuestra vida, ni siquiera sabíamos bien por qué, tienen algo muy importante que decir, que gritar. No siempre las vemos, ni las escuchamos, tenemos los ojos y los oídos anestesiados.

Vivimos en tiempos de televisión, celular, compu... y no miramos al lado, al tipo que está sentado en la clase o en el ómnibus, con quien a lo mejor compartimos viaje a diario. Sólo esperamos a ver si a Pampita le metieron nuevas guampas y nos consolamos pensando que si a ella el marido la hizo cornuda nosotras podemos aguantarlo todo. Quién somos para no aguantar lo mismo que Pampita? Por qué diablos deberíamos llevar la misma carga que Pampita o de cualquier otra? No somos individuos?

Vivimos de mirar envases y no contenidos. Nos quedamos con esa primera impresión y cuando es buena no miramos más nada, y luego pasan las cosas. También pasan cuando a pesar de nosotros mismos tratamos con personas que activan nuestra alarma interior hasta que logramos acallarla intentando convencernos de que es solamente una mala impresión pero que cuando conozcamos a esa persona las cosas van a mejorar porque con seguridad es una gran persona.

Mentira. Vivimos de mentira en mentira cuando no queremos ver una realidad que nos molesta.

Nos creemos que el novillo está alegre, que las gallinas ponen huevos ecológicos solamente porque en lugar de estar encerradas en jaulitas las explotan en un campo verde y más amplio, alimentándola mejor... digamos que creemos que mejor.

Así nos creemos que Pampita puede ser cornuda, y que se tiene que joder, o conseguir otro tipo más joven, sexy o de más dinero... cuando en realidad no tenemos sino una morbosa satisfacción de verla bien cornuda... igual que a la vecina o a la mujer de, la hermana de, el padre de, etc.

No reconocemos la mezquindad en nuestra alma, esa que nos lleva a pensar cosas horribles de personas que nos aman o que amamos, no queremos ver la bajeza humana que nos invade cuando las cosas nos lastiman. Miramos al costado, obviamos el problema hasta que el problema, como el cáncer o como la levadura en la masa, han invadido todo sin remedio.

No buscamos lo que nos hace bien. Quienes nos hacen bien. Están ahí al lado pero no vemos. No nos interesa mirar si no es para juzgar o criticar. Pequeños humanos que somos... Todo lo filtramos desde nuestros lentes del alma... nuestros desvelos o nuestras carencias, que reflejamos en lo que odiamos del otro. O lo que envidiamos del otro, reflejo cruel de lo que quisiéramos y no tenemos en la vida.

Nunca pensamos que cada cosa que ocurre suele ser la consecuencia directa o indirecta de nuestras decisiones del pasado. Estar sanos o enfermos depende de  muchas cosas, pero la enfermedad del alma sólo depende de nosotros, de nuestras perversiones (en el más amplio sentido que imagines el término).

Mientras perdemos tiempo la vida pasa... se nos va de las manos, inoportuna y apurada. Perdemos amor, energía, tiempo, salud y NO nos importa, como si fuéramos inmortales e intocables. Pequeños dioses de pies de barro.

Y cómo nos quejamos... las letanías de la Biblia son nada al lado nuestro... es más cómoda la autocompasión que salir a pelear, a gritar, a cortar con lo que jode.

Mujer! Tu marido es buen tipo? Querelo, mimalo, disfrutalo, y si es una porquería descartalo a tiempo... Que no valga LA PENA, sino que valga todo lo bueno que tiene... y cuando ya no se puede que no se pueda!

Tenés amigos o amigas que amás? Decíselo!! Qué vas a esperar? A no tener a quién decírselo? Tenés idea de lo que pesan las cosas que no dijiste cuando de forma irremediable ya no tenés a quién decirlas? Tenés idea de lo que es ahogarte con lo que no dijiste a tiempo?

Si se te complica hablar... cocina!!!! Te voy a dejar mi pizza casera, paso a paso... la vas a amar!!!!

Mis recetas, cuando no sigo la de alguien más, suelen ser "a ojo"... pero te mando una improvisación para que te manejes:

1 sobre de levadura instantánea (10 gr)
1 cucharada de azúcar
1 taza de agua tibia 
(fijate en el post anterior la medida en gr)
2 tazas de harina
(suelo agregar una y de a poco ir poniendo el resto)
Sal a gusto

Ponés la levadura con el aceite, el agua tibia y el azúcar hasta que esponje
Agregas la harina y la sal cuidando que la sal no tenga contacto directo con la levadura
Amasas y dejas leudar una hora o hasta que su tamaño crezca considerablemente (según el clima demora más o menos)
A esta altura el olor de la masa tiene que invadir tu casa como la levadura a la masa, ponele...

Cuando pase el reposo la estirás y la envias al horno, yo le doy primero arriba y abajo y cuando veo que va tomando pinta le meto arriba solo. Uso el horno a 180-200 grados maso y lo precaliento a 180.










Ahora te cuento el quesito... vas a enloquecerte!!! Es una receta de los amigos de La Dimensión Vegana. Yo le agrego una esencia de queso que conseguí en Ciudad Vieja y es desquiciante!!!!!

La receta con mis acomoditos...

2 cdas. fécula de mandioca
1/2 taza de leche de soja sin azúcar
3 cdas. de aceite o margarina
2 cdas de levadura nutricional
1 chorrito de saborizante a queso

En una olla batir la leche de soja con la fécula, la levadura y la esencia sabor queso hasta que forme espuma, agregar la margarina.
Cambiar a cuchara de madera y revolver por 5 minutos o hasta obtener una consistencia elástica y firme




Finalmente queda así de deli!!!!




Esta delicia sólo se puede comer con tu música preferida y con tu bebida ... esa que te hace feliz sorbo a sorbo... Yo te dejo una sugerencia por acá...


 Nos leemos prontito!!!













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