martes, 31 de octubre de 2017

COMER, REZAR, AMAR

Un tema que siempre da que hablar entre mujeres, y ahora cada vez más entre hombres, es la cocina.
Es que nuestros hombres ya se avivaron de la mágica alquimia que allí sucede, donde los ingredientes e unen en íntimo maridaje, dando lugar a las más extrañas reacciones químicas.

Criatura! Hasta ese día en que entiendas que la cocina es el laboratorio donde podés procesar una de las drogas más potentes para mover el mundo, que es el amor, no has aprendido nada de la vida!

La magia comienza cuando seleccionás los ingredientes en el mercado, en la feria, cuando elegís uno por uno cuidadosamente, pensando que en un momento estarán en la boca de los que amás. Elegís sólo lo mejor, porque no les darías otra cosa... eso es el amor, no querer nada que no sea lo mejor para quienes amás.

Luego llegás con tu botín y lo ordenás, procesás lo más delicado, ves qué comidas para qué día, separás lo que es para desayunos, meriendas, postres, y armás las comidas, meriendas, cenas, para varios días, previendo la reposición de varios de los alimentos.

A medida que pasan los días vas elaborando, reseleccionando, cortás, mezclás, utilizás las cosas que fuiste comprando para facilitar tu tarea, aquel utensilio extraño que viste en la tele o en tu bazar preferido, y que adoraste a primera vista, sí! ese que te dio tanto placer pagar aún si el precio no fue el más económico... pero que valió la pena cada centavo invertido, porque le sacás el jugo cada vez que lo usás.

Mientras vas cocinando podés sentir cómo los ingredientes se fusionan, sus perfumes se mezclan, creando ese olor único que inicialmente flotaba en tu mente cuando pensaste ese plato con el que querés lucirte ese día. A veces no tenés recetas. Muchas veces o nunca las tenés, o vas modificando aquella receta que heredaste de la familia o de los libros amarillentos y a medio desarmarse de una famosa marca de polvo de hornear...

El día que cocinar se vuelve un placer que te colma de satisfacciones sobre todo cuando ves sus caras al comer, te realizás.

Cuando empezás además a aprender a comer, a elegir los mejores ingredientes, con una visión macro, amigable con el planeta, explotás en sabores y olores que jamás antes siquiera imaginaste...


1 comentario:

  1. Se nota el amor y la pasión en todo lo que cocinas!Siempre un placer ver las fotos de tus creaciones!

    ResponderBorrar